Recuerdo este juego cuando recién descubría el emocionante mundo de los emuladores. Era la única manera de jugar
Sega Genesis porque los que tenian la consola los miraban raro (y con mucha razón).
Dos minutos de juego bastan para soltar el control mirar al horizonte y perguntarse cuál es el propósito de la humanidad.
Barney... eres un maldito
pedoficilasta!
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