El fumador pasivo

El fumador pasivo, por si no lo saben, somos todos aquellos que no fumamos, que no nos ponemos el cigarrillo en la boca, pero que sí estamos presentes cuando otros lo hacen; está claro su nombre ya que de todas formas uno inhala el humo de los demás.
Por si no lo saben, esta variante de fumar, de todas formas tiene consecuencias para nosotros y peor aún para los niños, así que por eso les voy a dar datos para que puedan poner este tema dentro de su día a día.
Primero, el humo que existe en una habitación se divide en dos tipos de humo: aquel que sale de la punta del cigarrillo encendido y el otro que sale de lo que botan los que están fumando. El primero, el del cigarrillo, conforma el 85% del humo y tiene más componentes tóxicos que los que inhala directamente del cigarrillo aquel que está fumando.
Efectos que tiene el humo en los fumadores pasivos adultos:

• Irritación en los ojos
• Dolor de cabeza
• Toz
• Mareo
• Náuseas
• Bastan 30 minutos de exposición para reducir el flujo de sangre que pasa por el corazón
• Reduce la fertilidad en hombres y mujeres
• Aumenta los síntomas de asma así como las frecuencias e intensidades
• A largo plazo, un fumador pasivo tiene un 25% más de probabilidad de tener cáncer al pulmón y enfermedades el corazón que una persona que no fuma ni está expuesta a humo de otros

Por otro lado los efectos en los niños son:

• Causa enfermedades respiratorias
• Aumenta en cinco veces las probabilidades de tener muertes súbitas
• Provoca enfermedades e infecciones al oído medio
• Puede provocar asma
• Puede provocar problemas en el desarrollo mental
• Puede ocasionar problemas con el olfato
• Al nacer, si han estado expuestas las madres, los niños tendrán pulmones más debiles que aquellos que no

Las estadísticas de Estados Unidos dicen que al año se registran los siguientes números de muertes por causa del humo de "segunda mano":

• 3400 muertes por cáncer de pulmón
• Entre 22.700 y 69.600 muertes por enfermedades al corazón
• Entre 1.900 y 2.700 muertes por muerte súbita en niños

Con todos estos datos es más que suficiente para que nos alejemos del humo o pidamos respeto por nosotros que no fumamos. Pedir que no fumen en nuestra presencia podría sonar tan ridículo como pedir que alguien no orine en la piscina en que nosotros también estamos.