2.- Los chinos no sólo son todos iguales, también se llaman igual: según una encuesta hecha allá, el 85% de la población comparte 100 apellidos apenas, lo que conlleva a que muchos tengan coincidencias de nombres - de seguro allá no andan con "oye tú, González de dónde son ustedes" con tanto reweón que hay - Lo que busca hacer ahora el gobierno es permitir combinar apellidos, y el ejemplo que cita la BBC de China Daily es ilustrativo y a la vez gracioso para nosotros:
"Si el papá tiene apellido Zhou y la mamá Zhu, entonces hay cuatro opciones de apellido para el niño, Zhou, Zhu, ZhouZhu o ZhuZhou"Así esperan aumentar la cantidad de apellidos y que tanto loco se deje de llamar Zu Zhu o cosas así.
3.- Las hijitas de papá elijen a su macho parecido al papi: por allá por el Reino Unido, en la Durham University, unos locos hicieron un estudio en mujeres, pidiéndole que calificaran rostros de algunos hombres, además de preguntarles qué tan afectiva y cercana había sido su relación con sus papás. En los casos en que las señoritas habían tenido un contacto estrecho y cercano con sus padres, los hombres más atractivos eran aquellos que más se parecían a sus papás, siendo los rasgos más fuertes en el parecido los ojos, ancho de nariz y boca, y mejillas. La correlación fue lo suficientemente alta como para poder decir que las mujeres elijen a parejas más parecidos a los padres de ellas cuando han tenido buena relación con sus papás, no dándose así en el caso en que las niñas no taban ni ahí con su apá.
4.- Las cucarachas tendrían memoria y pueden aprender: el clásico ejemplo de por qué los perroes pueden aprender fue ese donde un tipo cada vez que alimentaba al perro le hacía sonar una campana, y después cachó que al sonar la campana el perro se ponía a babear y esas cosas. Pues la misma custión hicieron con un grupo de cucarachas, sometiéndolas a un olor específico cada vez que le daban una cutión bien dulce; por otro lado, a otro grupo le daban la comida esa pero no le ponían el olor. Luego de varias repeticiones observaron que al someter al primer grupo al olor, empezaban a babear, mientras que el segundo no. Así que ya saben, ahora pueden enseñarles a sus cucarachas a hacer gracias y a comportarse como se debe y no andar corriendo por el piso mientras uno anda a patapelá ni a comerse la comida que no le corresponde.
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